La distracción es un obstáculo enorme para mantenernos enfocados y priorizar con claridad en favor de lo realmente importante. Por ello, muchos optan por el camino cómodo de dejar a otros que cultiven una vida enfocada en lo importante y luego nos cuenten al respecto. Es la diferencia que separa al que lidera del que nada más es un seguidor.
La mayoría de la gente, a menudo, no permite que nadie le cuente el final de las
películas, el sabor de la comida o como es irse de vacaciones a un lugar
paradisíaco porque quieren experimentar todo esto de primera mano, no que se lo cuenten. Pero cuando se trata del propio liderazgo no parece importarles que
sea de segunda mano.
Un hallazgo reciente en productividad revela que cada
vez que nos distraemos de nuestro objetivo central nos toma hasta 15 minutos
volver a enfocarnos. Ya se trate de nuestro grado de atención en una
conferencia, conversación, lectura o tarea, las distracciones pueden ser
nocivas cuando no se establecen intencionalmente, es decir cuando no las
programamos.
PRIORIZAR PARA GANAR CLARIDAD EN EL ENFOQUE
En el coaching en liderazgo saludable y productivo uno de los temas
recurrentes es descubrir cómo priorizar para ganar claridad y enfoque. Lo primero consiste claramente en identificar lo que es importante a diferencia de lo que es urgente, y lo que no lo es. Luego someter a
un análisis objetivo lo que tiene un impacto mayor y requiere un esfuerzo menor en nuestras
prioridades o tareas importantes de acuerdo a los recursos disponibles.
Las distracciones se alimentan de nuestra falta de
enfoque, por no priorizar lo realmente importante y no crear espacios entre
tareas o proyectos para administrar temas urgentes y ser negligentes con lo que reabastece nuestra alma.
Bajo estas premisas, deberíamos tener prioridades
claras, enfocar nuestro tiempo y esfuerzo con sentido práctico a lo que si
podemos completar en el corto, mediano y largo plazo buscando como norma el
mayor impacto con el menor esfuerzo sin dejar de crear intencionalmente
espacios para reabastecernos emocional y espiritualmente.
Este no es un proceso exento de intencionalidad, pero la motivación para hacerlo depende totalmente del interesado, que debe valorar bajo la facilitación de un coach profesional, lo que objetivamente le interesa más alcanzar. El secreto para alcanzar metas, romper el estancamiento, o crear algo nuevo depende claramente del nivel de motivación personal para hacerlo. Nadie cumple un sueño o completa un proyecto si no está comprometido integralmente y eso se nutre de su automotivación.
Recuerde, además, que la productividad siempre es mayor cuando
intencionalmente creamos balance en nuestra agenda diaria. A menudo requerimos
de un coach en nuestra esquina para descubrir cómo hacer cambios en nuestros
hábitos para conquistarnos a nosotros mismos.
Hasta la próxima,
Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, CSO

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por escribir a Coaching en Transiciones. En breve un miembro de nuestro equipo le contestará.