domingo, 20 de noviembre de 2022

El cambio siempre empieza por uno mismo

Conduzco tras un agotador día en el trabajo, cuando quedo atrapado en la hora pico a menos de un metro del auto delante mío. Al rato aburrido de esperar trato de leer las calcomanías pegadas en el parachoques del auto de adelante. Una calcomanía en inglés reza "Be the change you want to see in the world" que traducido al español suena como "Conviértete en el cambio que quieres ver en el mundo".

¿Cuantas veces he escuchado lo mismo? Por experiencia tengo claro que escuchar es insuficiente. También, es necesario "meditar" en el sentido hebreo del viejo testamento: rumiar el concepto muchas veces hasta que produzca conocimiento. No es un ejercicio superficial. Es sencillo como una buena teoría, pero a la vez es una verdad profunda.

Si ponemos atención, descubriremos que la mayor parte de nuestros conflictos surgen cuando anteponemos nuestros egos a las necesidades y perspectivas de los demás. Es necesario tener empatía para aprender y crecer, pero ello no implica adaptarnos a todo lo que los demás dicen, aunque si seamos intencionalmente humildes para reconocer nuestras limitaciones humanas.

Sin humildad es imposible aprender las sencillas y profundas verdades de la existencia. Pero como hago rimar la humildad con ejercer un autoliderazgo (360 grados) con reflexionar sobre mi mismo, mis responsabilidades, perspectivas, paradigmas, valores y creencias. No hay incompatibilidad alguna.
De hecho autoevaluarnos es un acto de humildad, de reconocimiento de nuestra falibilidad y finitud física y mental. 

"Cambia de actitud y el mundo cambiara". Absolutamente cierto. La mejor prueba es que cuando se interroga a los divorciados sobre la causa del mismo culpan en mas de un 50% de los casos a la pareja que tenían. 

Cuando alguien sale bien en un examen se congratula por lo general a si mismo, cuando fracasa culpa a otros, entre ellos a su profesor. La necesidad de control que intenta compensar tantos complejos y rechazos, nos hace perder la perspectiva, nos impide cambiar nuestra actitud.

EL MAYOR OBSTÁCULO SIEMPRE ES UNO

Hay factores ambientales innegables que afectan, obstaculizan y hasta anulan nuestro liderazgo, pero el mayor obstáculo no esta fuera de nosotros. Cuando nos examinamos aprendemos a vivir sin la negación, a aceptar los hechos, a crecer y soñar de nuevo sobre un alma mas sana y balanceada. Si tu y yo cambiamos nuestra actitud, las cosas empezaran a cambiar, te lo aseguro.

La alternativa no te va a agradar. Puedes seguir dando tumbos y como una cerámica mal moldeada, que terminara siendo quebrada para volver al taller del alfarero. Prefiero ser esculpido y pulido que quebrado una y otra vez. Cuando no me rindo a la evidencia del autoexamen, periódicamente, sello mi destino, me condeno solo a vivir en la mediocridad y al orgullo. En fin, una formula fatal.

Esta bien. Te entiendo perfectamente. No sabes en quien confiar y temes que al mostrarte vulnerable te falten al respeto, especialmente porque no sabes cuantos "fariseos" hay en tu círculo privado y público.  Te propongo algo sencillo y seguro, seas o no creyente, empieza a escribir en un diario lo bueno y malo que te pasa cada día a la luz de los nueve frutos del Espíritu de que habla la carta a los Gálatas 5:22:  amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. 

La idea después de todo es el autoexamen y aunque te puedas sentir a veces "cuatro grados bajo perro" el plan divino y sobrenatural es que te levantes y crezcas. Solo lo puedes hacer si escribes honestamente, constante y periódicamente, sobre tus días evaluando en que eventos o hechos has mostrado alguno de los frutos o no y por qué.

Te puedes levantar hasta setenta veces siete, pero volverás a caer irremediablemente si no aprendes de tu jornada. Escribir sobre ella con completa honestidad te permitirá reflexionar, pedir perdón, restituir y convertirte cada vez mas en la persona que Dios te destino a ser.

Hasta la próxima

M.A. Juan Carlos Flores Zúñiga, CPLC, BSc, CSF
COACHING EN TRANSICIONES

jueves, 3 de noviembre de 2022

Suma Grandeza a tus Metas

Cuando encuentras algo de singular valor, que supera todo lo que has hecho, ganado o sido ¿Qué haces? ¿Te quedas cruzado de brazos o tratas de tenerlo?

Con los años me ha quedado claro que, aunque una persona tenga una visión mayor, una misión clara, y valores que respeta disciplinadamente, si carece de pasión nunca hará nada trascendente ni de excelencia.

 

Necesitas saber para dónde vas (VISION), necesitas tener claro cómo llegar allá (MISION), necesitas valores que te mantengan alineado y sintonizado, pero sin pasión nunca saldrás de donde estas a donde debes ir.

Todo lo que soy, todo lo que tengo, todo lo que he hecho es inútil sin una pasión que me mueva a la acción y que me permita compartir contagiosamente con otros la jornada que nos llevará adonde debemos ir.

 

La mayoría de nuestras metas en este mundo tienen fecha de caducidad, no obstante, suele ser efímeras y hasta vacías. En cuanto obtienes un título académico o luego un postgrado descubres que no te compensa por todo el esfuerzo realizado. Una vez allí te desanimas a pesar de haber cumplido la meta propuesta.


PASIÓN QUE NO CADUCA

 

Hay una profunda insatisfacción en nuestras metas cuando son alcanzadas ya se trate de estudios, profesión, o posesiones. Parece que como el hámster estamos condenados a dar vueltas sin fin en una rueda sin realmente llegar a ninguna parte, imponiéndonos metas tras metas sin lograr satisfacción real.

 

Sin embargo, cuando ese fuego que consume tus huesos, esa pasión, acompaña tu visión, misión y valores comprendes que las metas no son el fin del viaje sino solo etapas en la gran jornada de la vida. Esa clase de pasión que perdura y te mantiene creciendo integralmente tiene un origen sencillamente sobrenatural.

 

Quienes acuden a mi como coach en liderazgo desean superar obstáculos, aclarar metas y descubrir pasión para alcanzarlas. Pero, con frecuencia descubren el valor limitado de sus metas cuando se convierten en un fin en sí mismo creando un vacío difícil de superar.

 

Las metas son como las estaciones del tren, debemos y podemos pasar por ellas, pero no implican el fin del viaje. Lo que transforma las metas comunes de meros logros transitorios en pilares para alcanzar la grandeza, es tener claro que son solo medios para un fin, y que este debe ser mayor a nosotros trascendiendo las pretensiones materiales y el orgullo personal.

 

La pasión que nos lleva mediante las metas claras a la grandeza requiere renunciar gradualmente al egoísmo, y enfocarnos más en servir y desarrollar a quienes nos rodean, trabajen o no con nosotros.

 

Debemos vivir y liderar con propósito y pasión, pero para mantener el fuego de la pasión en nuestras metas, y que estas traigan profunda satisfacción necesitamos que contribuyan a desarrollar nuestro SER, saludable y productivo, con la mirada en hacer crecer a quienes nos rodean, no solo nuestro HACER, productivo, egoísta y temporal.

 

La grandeza está al alcance de todos aquellos que identifican la fuente trascendente de su pasión y se enfocan en dar lo que han recibido a lo largo de su jornada.

 

Juan Carlos Flores Zúñiga, MA. CPLC, ACC

COACHING EN TRANSICIONES

Abraza tu destino conociendo tu historia

Nada hay tan humano y poderoso como compartir nuestras historias. Antes que un currículo, o cartas de recomendación lo que me me interesa en...