Conduzco tras un agotador día en el trabajo, cuando quedo atrapado en la hora pico a menos de un metro del auto delante mío. Al rato aburrido de esperar trato de leer las calcomanías pegadas en el parachoques del auto de adelante. Una calcomanía en inglés reza "Be the change you want to see in the world" que traducido al español suena como "Conviértete en el cambio que quieres ver en el mundo".
¿Cuantas veces he escuchado lo mismo? Por experiencia tengo claro que escuchar es insuficiente. También, es necesario "meditar" en el sentido hebreo del viejo testamento: rumiar el concepto muchas veces hasta que produzca conocimiento. No es un ejercicio superficial. Es sencillo como una buena teoría, pero a la vez es una verdad profunda.
Si ponemos atención, descubriremos que la mayor parte de nuestros conflictos surgen cuando anteponemos nuestros egos a las necesidades y perspectivas de los demás. Es necesario tener empatía para aprender y crecer, pero ello no implica adaptarnos a todo lo que los demás dicen, aunque si seamos intencionalmente humildes para reconocer nuestras limitaciones humanas.
Sin humildad es imposible aprender las sencillas y profundas verdades de la existencia. Pero como hago rimar la humildad con ejercer un autoliderazgo (360 grados) con reflexionar sobre mi mismo, mis responsabilidades, perspectivas, paradigmas, valores y creencias. No hay incompatibilidad alguna.
De hecho autoevaluarnos es un acto de humildad, de reconocimiento de nuestra falibilidad y finitud física y mental.
"Cambia de actitud y el mundo cambiara". Absolutamente cierto. La mejor prueba es que cuando se interroga a los divorciados sobre la causa del mismo culpan en mas de un 50% de los casos a la pareja que tenían.
Cuando alguien sale bien en un examen se congratula por lo general a si mismo, cuando fracasa culpa a otros, entre ellos a su profesor. La necesidad de control que intenta compensar tantos complejos y rechazos, nos hace perder la perspectiva, nos impide cambiar nuestra actitud.
EL MAYOR OBSTÁCULO SIEMPRE ES UNO
Hay factores ambientales innegables que afectan, obstaculizan y hasta anulan nuestro liderazgo, pero el mayor obstáculo no esta fuera de nosotros. Cuando nos examinamos aprendemos a vivir sin la negación, a aceptar los hechos, a crecer y soñar de nuevo sobre un alma mas sana y balanceada. Si tu y yo cambiamos nuestra actitud, las cosas empezaran a cambiar, te lo aseguro.
La alternativa no te va a agradar. Puedes seguir dando tumbos y como una cerámica mal moldeada, que terminara siendo quebrada para volver al taller del alfarero. Prefiero ser esculpido y pulido que quebrado una y otra vez. Cuando no me rindo a la evidencia del autoexamen, periódicamente, sello mi destino, me condeno solo a vivir en la mediocridad y al orgullo. En fin, una formula fatal.
Esta bien. Te entiendo perfectamente. No sabes en quien confiar y temes que al mostrarte vulnerable te falten al respeto, especialmente porque no sabes cuantos "fariseos" hay en tu círculo privado y público. Te propongo algo sencillo y seguro, seas o no creyente, empieza a escribir en un diario lo bueno y malo que te pasa cada día a la luz de los nueve frutos del Espíritu de que habla la carta a los Gálatas 5:22: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.
La idea después de todo es el autoexamen y aunque te puedas sentir a veces "cuatro grados bajo perro" el plan divino y sobrenatural es que te levantes y crezcas. Solo lo puedes hacer si escribes honestamente, constante y periódicamente, sobre tus días evaluando en que eventos o hechos has mostrado alguno de los frutos o no y por qué.
Te puedes levantar hasta setenta veces siete, pero volverás a caer irremediablemente si no aprendes de tu jornada. Escribir sobre ella con completa honestidad te permitirá reflexionar, pedir perdón, restituir y convertirte cada vez mas en la persona que Dios te destino a ser.
Hasta la próxima
M.A. Juan Carlos Flores Zúñiga, CPLC, BSc, CSF
COACHING EN TRANSICIONES