Una responsabilidad ineludible de todo líder es tomar decisiones. No tomar decisiones es una señal de fracaso de nuestro liderazgo. Aunque ello entraña un riesgo constante de fracaso, conforme tomamos una decisión tras otra mejora gradualmente la calidad y eficacia de estas se perfecciona y, por ende, aumenta nuestro desempeño como líderes y el del equipo que nos ha sido confiado.
Pero ¿Cómo podemos aprender a tomar mejores decisiones cada día?
Hay por lo menos cinco maneras en que podemos mejorar
en este importante aspecto de nuestro ejercicio como líderes saludables y
productivos:
1. NO TOME DECISIONES CUANDO ESTE FATIGADO.
La fatiga por tomar decisiones se refiere al fenómeno
que ocurre cuando la calidad de nuestras decisiones se degrada después de una
larga serie de decisiones sucesivas. Cuando se enfrente a una decisión
importante, tómela cuando esté más reabastecido en alma, espíritu y cuerpo,
generalmente por la mañana (aunque los noctámbulos pueden tomar mejores
decisiones por la noche).
Cuatro indicadores de que sus decisiones pueden estar
siendo afectadas por su fatiga son las siguientes:
a) a) Toma decisiones rápidas e
impulsivas de las que luego te arrepientes. Esto sucede porque quiere sacar
rápidamente una cosa más de tu plato y la decisión rápida parece resolver el
problema. Sin embargo, el verdadero problema puede ser tomar la decisión
demasiado rápido sin la información suficiente para tomar la mejor decisión.
b) b) Retrasa innecesariamente las
decisiones. Este es el contrapunto a la decisión impulsiva. Cuando nos cansamos
mentalmente, podemos posponer fácilmente una decisión que debemos tomar ahora.
A veces movía un correo electrónico a otra carpeta que aún requería una decisión
de mi parte que podría haber tomado fácilmente en ese momento. Al hacerlo, de hecho,
dupliqué el tiempo que dediqué a tomar la decisión porque todavía tenía que
leer el correo electrónico nuevamente para tomar la decisión. Al hacerlo,
consumí dos trozos de tiempo y dos trozos de energía mental.
c) c) Envía correos electrónicos
irreflexivos y concisos. Probablemente recibe muchos correos electrónicos cada
día, de los cuales no pocos requieren una decisión de su parte en algún nivel. Se
ha descubierto que cuando debe tomar varias decisiones durante el día, hacia el
final los líderes no piensan con tanta claridad antes de enviar un correo
electrónico.
d) d) Se molesta cuando alguien le pide que
tome una decisión. Cuando esto sucede, pensamos. “¡Genial, tengo que tomar una
decisión más por otra persona!” El término agotamiento del ego se refiere a la
idea de que el autocontrol disminuye con el tiempo cuando ya hemos ejercido
mucho autocontrol. Hacia el final del día o de la semana, cuando un líder ha
tenido que tomar demasiadas decisiones, puede perder la calma más fácilmente,
perder el control o decir cosas que no debería.
2. DUERMA LO SUFICIENTE.
El Centro para el Control de Enfermedades y Prevención
de los EE. UU. reportó solo en 2013 que el 35% de los adultos de entre 25 y 65
años informaron que se quedaron dormidos involuntariamente durante el mes
anterior. Y el mismo porcentaje informó que duermen menos de 7 horas cada
noche, aunque los expertos en sueño recomiendan que durmamos entre 7 y 9 horas
cada noche. Cuando no dormimos lo suficiente, esto es lo que sucede.
• Nuestra atención, estado de
alerta y velocidad de respuesta mental disminuyen.
• La creatividad se debilita.
• La Dirección ejecutiva de nuestro
cerebro (la corteza prefrontal), responsable de funciones ejecutivas como la
planificación, el control emocional, la toma de decisiones y el pensamiento
abstracto, se ve comprometido.
Si a veces simplemente no puede dormir lo suficiente, tome
una siesta corta de 10 a 20 minutos para mejorar su estado de alerta y la
calidad de sus decisiones.
3. PRACTIQUE LA METACOGNICIÓN.
Metacognición es una palabra elegante para “pensar sobre
tu pensamiento”. A menudo quedamos atrapados en un modo de pensamiento
automático. Y como nuestro cerebro tiene cinco veces más circuitos negativos
que positivos, el pensamiento suele volverse negativo. Se llama sesgo de
negatividad.
Entonces, practique hacer una pausa durante el día
para preguntarse: "¿En qué estoy pensando ahora?" Esta
disciplina puede ayudarle a evitar el desperdicio de energía mental en
pensamientos no rentables. El apóstol Pablo nos aconseja hacer esto en
Filipenses 4.8.
4. RECONOZCA COMO LAS EMOCIONES AFECTAN SUS DECISIONES.
Durante años asumimos que las grandes decisiones se
basaban únicamente en la lógica. Es decir, un buen líder, después de procesar
mentalmente los méritos de una decisión, llegaría a la mejor decisión
principalmente a través de un proceso de pensamiento lógico. Sin embargo, los
científicos ahora están aprendiendo que las emociones juegan un papel mucho más
importante en la toma de decisiones de lo que se pensaba anteriormente.
El neurocientífico Antonio Damasio encontró problemas
en la toma de decisiones en personas que tenían lesiones cerebrales en sus
centros emocionales. Por lo tanto, tener en cuenta cómo se siente acerca de una
decisión podría ayudarle a tomar una mejor.
5. RECONOZCA COMO EL ESTRÉS DISMINUYE EN EL LARGO
PLAZO LA BUENA TOMA DE DECISIONES.
Dios creó nuestros cuerpos con la capacidad de
responder al peligro. Se llama respuesta al estrés y está influenciada en gran
medida por la hormona del estrés, el cortisol. Sin embargo, el estrés a largo
plazo en realidad reduce las células cerebrales en nuestros centros de memoria.
Y fortalece las células cerebrales en nuestros centros de lucha y huida, lo que
a su vez debilita el CEO de nuestro cerebro que guía el proceso de toma de
decisiones. Por lo tanto, si ha estado estresado durante mucho tiempo, quizás
le convenga posponer cualquier decisión importante hasta que su estrés
disminuya.
A modo de reflexión final, usted puede sumar a cada
una de estas cinco formas de mejorar la calidad de las decisiones que toma, una
lista de buenas prácticas que ha venido adoptando a lo largo de su vida como
líder y que han redituado positivamente en decisiones sabias y certeras.
Hasta pronto,
Juan Carlos Flores Zúñiga
